Palabras del canciller José
Antonio Meade Kuribreña,
durante la presentación del
Programa
México Global Rumbo Joven
Estoy
muy contento de que esté aquí Rosario Robles, sin su apoyo, sin su liderazgo,
la agenda de jóvenes, la agenda de política pública alrededor de lo que
implica, incluido nuestro proceso de toma de decisiones todos los días a los
jóvenes, no sería posible.
Con
el IMJUVE, con José Manuel Romero hemos encontrado un extraordinario compañero
en el diseño de política pública, en los espacios de diálogo. Jaime Valls
comentó, ahora como secretario general de la ANUIES, y antes como rector, dos
espacios de participación relevante en programas que lo son para la secretaría,
éste, que vincula la posibilidad de ver a México desde fuera pero que al mismo
tiempo es un ejercicio de política pública que sirve de puente entre la
experiencia académica y la práctica profesional.
Habló
también del ejercicio en donde entonces participó la UACH, la Universidad
Autónoma de Chiapas, en donde jóvenes encontraron un espacio de diálogo con la
secretaría sobre temáticas particulares de nuestra política exterior.
Un
ejercicio innovador desde la convocatoria hasta el desahogo, y que permitió que
debatiendo con jóvenes los temas que para la secretaría eran importantes
nuestra visión se refrescara, nuestra visión se enriqueciera, y la de los
jóvenes que participaron en ese espacio resultara también enriquecida por la
visión y por la oportunidad de dialogar con quienes a diario practican el desahogo
de la diplomacia en esta Cancillería.
Pero
Jaime no estuvo presente y habría estado muy orgulloso en un tercer evento; un
evento en donde tuvimos la oportunidad de despedir a un grupo importante de
jóvenes, que al amparo de los esfuerzos que estamos haciendo en el Foro
Bilateral de Educación Superior con los Estados Unidos y ahora también con
Canadá, quien dio el discurso representando a su generación, era un egresado de
la Universidad Autónoma de Chiapas.
Al término del evento hubo un amplio consenso de que
sin ninguna duda el mejor orador en ese espacio había sido el joven. A mí me
daba una gran satisfacción, hasta que me di cuenta que el único otro orador
había sido yo, y tenía que coincidir en que fue mucho mejor el que habló por
parte de la UACH.
Este
espacio llama la atención por lo amplio de la convocatoria, por el entusiasmo
con el que se escogió participar en él, por el promedio que se exigía y, en
consecuencia, el reconocimiento al mérito de quienes resultaron con la posibilidad
de participar en un diálogo que es cada vez más importante.