miércoles, 17 de junio de 2015

Secretaría de Relaciones Exteriores

Palabras del canciller José Antonio Meade Kuribreña, 
durante la presentación del  
Programa México Global Rumbo Joven

Estoy muy contento de que esté aquí Rosario Robles, sin su apoyo, sin su liderazgo, la agenda de jóvenes, la agenda de política pública alrededor de lo que implica, incluido nuestro proceso de toma de decisiones todos los días a los jóvenes, no sería posible.

Con el IMJUVE, con José Manuel Romero hemos encontrado un extraordinario compañero en el diseño de política pública, en los espacios de diálogo. Jaime Valls comentó, ahora como secretario general de la ANUIES, y antes como rector, dos espacios de participación relevante en programas que lo son para la secretaría, éste, que vincula la posibilidad de ver a México desde fuera pero que al mismo tiempo es un ejercicio de política pública que sirve de puente entre la experiencia académica y la práctica profesional.

Habló también del ejercicio en donde entonces participó la UACH, la Universidad Autónoma de Chiapas, en donde jóvenes encontraron un espacio de diálogo con la secretaría sobre temáticas particulares de nuestra política exterior.
Un ejercicio innovador desde la convocatoria hasta el desahogo, y que permitió que debatiendo con jóvenes los temas que para la secretaría eran importantes nuestra visión se refrescara, nuestra visión se enriqueciera, y la de los jóvenes que participaron en ese espacio resultara también enriquecida por la visión y por la oportunidad de dialogar con quienes a diario practican el desahogo de la diplomacia en esta Cancillería.
Pero Jaime no estuvo presente y habría estado muy orgulloso en un tercer evento; un evento en donde tuvimos la oportunidad de despedir a un grupo importante de jóvenes, que al amparo de los esfuerzos que estamos haciendo en el Foro Bilateral de Educación Superior con los Estados Unidos y ahora también con Canadá, quien dio el discurso representando a su generación, era un egresado de la Universidad Autónoma de Chiapas.
Al término del evento hubo un amplio consenso de que sin ninguna duda el mejor orador en ese espacio había sido el joven. A mí me daba una gran satisfacción, hasta que me di cuenta que el único otro orador había sido yo, y tenía que coincidir en que fue mucho mejor el que habló por parte de la UACH.



Este espacio llama la atención por lo amplio de la convocatoria, por el entusiasmo con el que se escogió participar en él, por el promedio que se exigía y, en consecuencia, el reconocimiento al mérito de quienes resultaron con la posibilidad de participar en un diálogo que es cada vez más importante.

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